Guillermo de
Jesús Buitrago Henríquez (Ciénaga, 1.° de abril de 1920 - 19 de abril de 1949) conocido
como 'El jilguero de la Sierra Nevada de Santa Marta', fue un compositor,
músico y cantante del género vallenato muy popular en el folclore colombiano a pesar de que murió a tan sólo 29 años de edad
en 1949. Su música
siguió vigente durante el resto del siglo XX.
Es además considerado uno de los principales pioneros de la popularización del
vallenato no sólo en Colombia sino en América Latina, España y Estados Unidos junto a otras personalidades como Julio César
Bovea. También fue con Bovea de
los primeros ínterpretes de las letras del Maestro Rafael Escalona.
Los años cuarenta vieron nacer en Colombia
a las más importante figuras de la música popular colombiana del siglo XX.
Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez fue el pionero del vallenato en el
interior del país.
En 1943, para inaugurar sus estudios de grabación y de
prensaje de discos que fueron los primeros del país, el propietario de las
emisoras Fuentes de Cartagena, el músico y empresario Antonio
Fuentes"Toño" (1907-1985), invitó a Buitrago y sus acompañantes (Angel
Fontanilla, Efraín Torres y Carlos "El Mocho" Rubio) quienes eran muy
populares en la costa Atlántica por sus presentaciones en teatros y emisoras
locales, para que participaran en la primera grabación hecha totalmente en
Colombia. El 12 de marzo de ese año, en la calle de la Universidad, en la ciudad
Amurallada, en el tercer piso de la emisora, se grabaron "Las mujeres a
mí no me quieren" y "Compae Heliodoro", una canción
de Buitrago dedicada a su amigo de toda la vida, Heliodoro Egüis Miranda, cuya
letra es:
Pionero de la música popular[editar · editar fuente]
Buitrago fue la primera estrella
de la música popular colombiana. También fue una especie de mecenas de muchos
compositores sin los que hoy no podría ser concebido el folclore del país. Sacó
del anonimato a Rafael Escalona, a Emiliano Zuleta, a Abel Antonio Villa -de
quien fue gran amigo-, a Tobías Enrique Pumarejo, a Chema Gómez, a Luis Pitre y
a Eulalio Meléndez, el compositor de "La piña madura".
Cierta noche de febrero de 1894,
en la casa del señor Godofredo Armenta, en Ciénaga, los asistentes observaron
que la mayoría de los invitados al baile admiraban el tamaño y hermosura de una
piña que había sido colocada en el 'seibó', una especie de mueble de comedor, y
que estaban más pendientes de la fruta que de la belleza de las mujeres. A
Meléndez se le ocurrió ahí mismo una letra y melodía, que Buitrago modificó
cuando grabó esta canción. La original dice así:
Muerte[editar · editar fuente]
Una semana antes de morir, el 19
de abril de 1949 (unos dicen que fue envenenado, otros que falleció de
cirrosis, algunos más que lo afectó una pulmonía extrema) Buitrago le pidió el
favor a Abel Antonio Villa para que lo acompañara a comprar una cuna para su
hijo recién nacido, Gregorio. "Ya estaba muy enfermo, recuerda Villa, y
fue la última vez que lo vi; éramos compadres". '"En el cuarto donde
fue velado su cadáver, rodeado de amigos y demás seres queridos, se encontraba
arrinconada y triste su inseparable guitarra de sus amores. Fue muy llorado
nuestro cantor"', precisa Díaz-Granados. Buitrago murió muy joven, de 29 años,
pero más de sesenta años años después de su fallecimiento, es uno de los
cantantes que más vende discos en Colombia. Por esas paradojas del destino, el
mismo día cuando falleció, llegó de La Habana el propietario de discos Fuentes.
Traía un contrato para que Buitrago cantara e hiciera algunas grabaciones con
la Orquesta Casino de la Playa, que
dirigía el pianista Anselmo
Sacasas.
Al desintegrarse el conjunto de
Buitrago, otro músico cienaguero, Julio Bovea, convoca a Fontanilla y al
cantante Alberto Fernández, todos de su región, para conformar el más famoso
conjunto de música costeña: Bovea y sus vallenatos, que se radicó entre 1967 y
1975 en Argentina y popularizó allí los versos de Rafael Escalona.
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